Muchos quieren creer que es una moda pasajera de internet, producto más de la casualidad y de la histeria que de un hecho comprobable, por mucho que en los últimos tiempos hayan aparecido videntes que se autodenominan profetas, y que ést@s hayan acertado con precisión quirúrgica muchos de los acontecimientos mundiales actuales.
Todo empezó cuando Pitia Eleusicá, una conocida tarotista y médium griega, predijera a mediados de septiembre pasado la victoria de Donald Trump en las elecciones americanas. La atención mediática que le otorgó el cumplido vaticinio fue aprovechado por la pitonisa para dejar tres augurios más que iban de lo sorprendente a lo inesperado, y de allí a pesar de “los aciertos”, a lo que todas las opiniones oficiales consideran irreal, pero que ha creado en las redes sociales una ola de credulidad y miedo, a partes iguales.
Inquietantemente los dos primeros se han cumplido. El inicial pronosticaba su propia muerte y la unía en hora y fecha al deceso de una figura histórica, Fidel Castro, coincidencia que se produjo el pasado 25 de noviembre. La segunda anunciaba la aparición repentina en los cinco continentes de jóvenes que reclamarían su condición de profetas, aportando detalles de las fechas de cada uno de los anuncios, sus nombres y su misión, ocultando estos pormenores hasta el momento en el que cada uno de ellos se pronunciara. Nueva coincidencia que certificó el notario encargado por la adivinadora a tal efecto, y que el pasado lunes abría por quinta vez el sobre donde se hallaba el nombre y el país de la última profeta que ha aparecido, sin que pudiera hallarse en ninguno de los casos, ni el más mínimo error.
La sombra del fraude ha sido, hasta el día de hoy, la única explicación esgrimida por los medios de comunicación y los principales portavoces oficiales de las grandes potencias mundiales, que sin explicar el cómo de una manera conjunta o verosímil, denigran la tercera profecía, así como las nuevas que los anunciados profetas han ido augurando; quienes en su mayoría han denunciado presiones de los gobiernos y organismos mundiales, primero para dejarse comprar y luego para que cesen su actividad. Y es que la tercera y última profecía habla de un complot de los grandes poderes económicos para, en menos de un lustro, desencadenar una III Guerra Mundial cuyo fin sería barrer a gran parte de la población del planeta e implantar un nuevo sistema global.
La falta de una fecha precisa dio primero pie a la mofa, pero más aún cuando en ella se hacía referencia explícita a que tras su inicio harían acto de presencia los antiguos dioses griegos que vendrían de las estrellas y que desvelarían que ellos son el origen del misterio que se oculta tras el fenómeno Ovni. El propósito de su llegada sería parar el horrible devenir de la humanidad y evitar un holocausto que aún así, para entonces ya habría causado la muerte de gran parte del ser humano y la civilización tal y como la conocemos, según los nuevos profetas.
La preocupación y las cábalas de medio mundo se reparten por igual y los nuevos augures ya han empezado a lanzar sus predicciones por internet, en muchas de ellas al parecer se confirma a la pitonisa griega y se habla de fechas más precisas, pero la mayor parte de sus detalles han sido vetados por los medios de comunicación, así como han caído las webs que las contenían y ya cuatro de ellos han sido detenidos por diferentes motivos. La última, desaparecida y oculta desde hace semanas, dijo que una nueva oleada de profetas aparecerá pronto y que no podrán hacerlos callar, y de manera críptica terminaba: ya llegó el Anticristo, ya queda poco.